Martí n Lutero (1483-1546) desarrolló la faceta de polemista a lo largo de toda su vida. Su conocimiento exhaustivo y preciso de la Biblia y su lenguaje directo, agresivo e irrespetuoso, con frecuencia rayano en el insulto, lo convertí an en un temible adversario. En El siervo albedrí o (1525), obra de gran calado teoló gico que expone la doctrina de la justificació n por la fe, la Reforma luterana se lanza en tromba contra el humanismo representado por Erasmo de Ró terdam y su defensa del libre albedrí o. Los otros dos escritos aquí reunidos, Sobre el papado de Roma (1520) y Contra Hanswurst (1541), son relevantes para entender el concepto de Iglesia que propugnaba Lutero.