Desde sus primeras travesí as de montañ a, el explorador Franco Michieli se percató de que aceptar el hecho de perderse y acabar en una senda inesperada y desconocida es una buena manera para renovarse. Mientras sigamos itinerarios señ alizados, no tendremos forma de saber qué pasarí a si buscá semos el camino leyendo solo la naturaleza, interpretando las formas del terreno como se nos presentan, observando los movimientos de los astros, descifrando las redes fluviales o navegando por la niebla segú n la direcció n del viento.
Este apasionante ensayo ahonda en có mo podemos recuperar las habilidades naturales de orientació n de nuestros antepasados y reflexiona sobre la dimensió n espiritual que nace de esa extraordinaria y olvidada experiencia.