Corbacho o Reprobació n del amor mundano (1438) se inspira en el Corbaccio de Giovanni Boccaccio. Esta obra, la má s conocida del Arcipreste de Talavera, consta de cuatro partes. La primera es un tratado contra la lujuria; la segunda, una sá tira contra las mujeres de toda condició n; las dos ú ltimas partes analizan las complexiones de los hombres y sus diferentes inclinaciones a amar. De esta obra interesan su estilo vivo, coloquial y popular, caracterizado por la constante bimembració n o plurimembració n, que pinta una imagen sumamente rica y vigorosa del tema que describe, así como sus notas costumbristas; sin embargo, tambié n se utiliza en la parte doctrinal un lenguaje sumamente ampuloso y latinizado por el hipé rbaton, los participios de presente y los cultismos. Asimismo, es frecuente el recurso a la similicadencia y la prosa rimada. Es este modelo de lenguaje a la vez popular e hiperculto el que tuvo presente el tambié n manchego Fernando de Rojas para componer su Celestina.