Encuadernació n: Cartoné .
Colecció n: Colecció n O.
? ¡ Vaya, el Brujo Pirujo!
? No soy Pirujo. Soy Camuñ as,
¡ el que nunca se corta las uñ as!
? respondió el brujo, indignado.
? No me tomes el pelo. ¡ Eres Pirujo!
? Que no. ¡ Soy Camuñ as!
Aunque resulte sorprendente, estamos ante el inicio de una gran amistad: entre un brujo que caza niñ os para su despensa y la que iba a ser su pró xima ví ctima. Sin embargo, la inteligencia de la pequeñ a Blanca evitará que Camuñ as la engulla. Ademá s, propiciará que la vida de este personaje que nunca se cortaba las uñ as, dé un giro de 360 grados.
Blanca es astuta como un zorro y lista como un bú ho. Camuñ as, carente de estas dos cualidades, es presa fá cil para el juego de confusió n que inicia la niñ a cuando, una noche, el brujo entra en su cuarto para zampá rsela.
Blanca insistió , con paciencia:
? No pongas cara de lelo y mí rate el pelo.
El brujo se quitó el sombrero y, casi llorando, dijo:
? Qué le pasa a mi melena?
? Qué melena?
Pero si son cuatro pelos.
¡ Los pelos del Brujo Pirujo!
Ridiculizando algunas de sus caracterí sticas fí sicas, a las que Camuñ as nunca antes habí a prestado atenció n, Blanca logra que el brujo dude de su identidad ? e incluso de que pueda comé rsela? y acabe huyendo a su casa, desencajado y hundido.
De este modo, el verdugo pasa a ser ví ctima. Y viceversa. No obstante, ni el texto de Margarita del Mazo ni las ilustraciones de la danesa Charlotte Pardi, nos incitan a creer que estamos ante un relato cruel o triste. Todo lo contrario. La historia rezuma humor, tanto a travé s de los ingeniosos diá logos de la habitual colaboradora de OQO, como de las divertidas y frescas imá genes con las que la artista danesa debuta en la editorial.
? Me reí a carcajadas mientras escribí a este cuento. Lloré de risa cuando lo compartí con los mí os. Cuando comencé a escribirlo pensé que estaba haciendo un cuento para morirse de miedo, pero el resultado fue un cuento con el que todos nos morí amos de la risa? , destaca Margarita del Mazo.
El relato va má s allá del entretenimiento, ya que el principal mensaje gira en torno a la astucia, ? cualidad que convierte al má s dé bil en fuerte? , destaca la escritora, quien considera tambié n importante ? mirarse, de vez en cuando, para que nadie te engañ e dicié ndote que eres de otra manera? .
Precisamente, el papel de Charlotte Pardi es muy importante en la apariencia fí sica de Camuñ as. La ilustradora reconoce que le llevó su tiempo decidir su aspecto. ? Tení a que dar un poco de miedo, pero a la vez transmitir dulzura? , apunta sobre las dificultades a las que se enfrentó para crear un personaje no muy agraciado, ni fí sica ni intelectualmente.
Por el contrario, admite que le fue ? muy fá cil? dar vida a la pequeñ a. La artista suele inspirarse en personas de su entorno para crear a los personajes. En este caso, Blanca tiene mucho de su ahijada, ? que es muy divertida e inteligente, ¡ la niñ a perfecta para burlar a Camuñ as! ? .
Ademá s, ideó una habitació n con un gran nú mero de peluches, para que no estuviera a solas con Camuñ as. A pesar de la aparició n nocturna de un brujo, Blanca permanece, sorprendentemente, tranquila y segura. Son los muñ ecos ? con sus ojos abiertos y actitud expectante? los que nos transmiten un estado de á nimo má s propio y acorde con la situació n.
De este modo, Charlotte Pardi ha usado un recurso muy habitual en los pequeñ os: expresar los sentimientos (miedos, inseguridades, filias o fobias) a travé s de los muñ ecos. Un papel que tambié n desempeñ an cuentos como este.