'La democracia y la Constitució n, que nacieron casi a la vez que nosotros, nos decí an que todo el mundo tení a derecho a ser lo que se le antojara. Toda la sociedad estaba de acuerdo, conjurada para preservar nuestros deseos y nuestras ilusiones. Í bamos a ser lo que quisié ramos. Por eso nos preguntaban constantemente qué querí amos ser de mayores'. En esta novela coral y narrada en primera persona del plural, los personajes comparten algo má s que la voz que habla en nombre de todos ellos: viven en un mismo lugar simbó lico, el de una generació n, no ya perdida, sino extraviada a causa de la espera de una señ al que les indique el momento decisivo en que realizar la obra, o tomar la decisió n, que dé sentido a sus vidas. La madurez ha traí do a estos é mulos accidentales de los personajes de Beckett la conciencia de que nadie va a darles esa señ al, nadie espera nada de ellos: si alguna oportunidad tienen de dar un propó sito a sus vidas quizá sea vivirlas para sí mismos o, lo que es lo mismo, simplemente actuar sin pú blico.