La ergonomía consiste en examinar cómo adecuar los requisitos de un puesto de trabajo a las capacidades de los trabajadores y al entorno laboral para establecer el espacio de trabajo más eficiente, minimizando al mismo tiempo los riesgos de lesiones. Tradicionalmente, el principal objetivo de la ergonomía ha sido reducir la incidencia de los trastornos musculoesqueléticos relacionados con el trabajo (TME). Esta disciplina evalúa la eficacia, calidad, cantidad y comodidad del trabajo para mejorar estos factores y reducir al mismo tiempo las lesiones, la rotación, la fatiga o el sobreesfuerzo de los trabajadores. En el pasado, este campo se centraba principalmente en los elementos físicos que aumentan el riesgo de que una persona sufra TME. Investigaciones recientes han puesto de manifiesto la relación entre los factores psicosociales y la ergonomía.