El libro interpreta aspectos de la vida religiosa femenina en Brasil a partir de las historias de vida de monjas negras. Al centrarnos en los cuerpos de estas mujeres negras, entramos en contacto con otras que se encuentran en entornos congregacionales y también con las laicas. A partir de y a través de sus cuerpos (i)maculados, de sus testimonios, pero también de sus silencios, dilemas y contradicciones vividas anteriormente, así como de las paradojas surgidas con el Concilio Vaticano II (1962-1965). Constatamos que la vocación religiosa de estas mujeres negras se remonta al período esclavista, pero fue frustrada por las autoridades eclesiásticas, congregacionales y seculares debido al racismo y los prejuicios vinculados a sus cuerpos negros y femeninos. Estos cuerpos instituidos/normativizados de forma sistémica, teológica y con mucha violencia nos narran historias sobre diversas enfermedades psicosomáticas, entre las que se encuentran la depresión, el mioma uterino y el cáncer. En este libro se denuncia la violencia del racismo y el machismo, pero también los problemas derivados de los votos perpetuos, especialmente en lo que se refiere a la obediencia. Así, se propone la refundación de la vida religiosa católica en Brasil, en la que la mujer negra también sea protagonista.