Serbia es una gran desconocida para los españ oles. Esconde desafiantes paisajes montañ osos que contrastan con llanuras apacibles del norte. El Danubio, que la atraviesa de oeste a este, sirve de divisió n entre esos dos ambientes, al igual que en el pasado sirvió de frontera entre romanos y bá rbaros, austriacos y turcos.
Los yacimientos arqueoló gicos romanos, los monasterios medievales, los edificios otomanos y la arquitectura decimonó nica de influencia centroeuropea constituyen los elementos má s caracterí sticos de sus ciudades tradicionales, a los que se sumó en el siglo xx la influencia socialista en el marco de la Yugoslavia de Tito.