Si los cuatro humores presentes en el cuerpo humano (sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra) están equilibrados, habrá salud. Así pensaba Hipócrates, y también sus sucesores durante dos mil años. Hoy permanecen huellas importantes de esa teoría en el temperamento (sanguíneo, flemático, colérico, melancólico. . .). El sentido del humor es hoy algo bien distinto, pero ese factor humano ha determinado las grandes intuiciones, los grandes giros e innovaciones en el ámbito médico y sanitario, en especial desde finales del siglo XVIII.
Luca Borghi ofrece un amplio recorrido histórico, desde Hipócrates y Galeno, hasta Galileo, Pasteur o Fleming, deteniéndose en aquellos hitos que han cambiado el curso de la historia (la peste, la viruela y la tuberculosis, los primeros hospitales, el cólera y las vacunas, la cirugía, la anestesia, la enfermería y la importancia de la mujer, la radiología, la malaria y los primeros trasplantes, etc.).