Los pueblos en tierras rurales, desde la cultura de la interrupción y para las conversaciones, superan su inhumano abandono para impulsar otra civilización desde la tierra, la igualdad y la cooperación ciudadana.
El Monestir de Sant Llorenç, frente al Pirineo catalán, comparte su experiencia de ocho años programando cultura desde su opción por el románico comprendido desde el pensamiento y el arte contemporáneo.
Un texto sincero que aúna biografía personal y de equipo apasionado, que abre otros horizontes desde el patrimonio como casa común de los ciudadanos.
Una propuesta de cultura para la acción directa a largo plazo.