La capital portuguesa se ha reinventando, se ha subido al tren de la modernidad y se ha convertido en algo má s que una ciudad de saudade. Ha añ adido vanguardia y diseñ o a sus calles, especialmente en el Barrio Alto, dó nde se mezclan las tiendas de diseñ o y los locales de mú sica independiente, con las librerí as de viejo y las galerí as de arte. Una ciudad nueva que convive con la Lisboa nostá lgica de ayer, con su carga de literatura y decadencia, en la que disfrutar de la gastronomí a de cualquiera de los cientos de restaurantes que llenan las calles de una de las ciudades má s cosmopolitas y romá nticas del mundo entero. Lisboa, antigua o moderna, sigue seduciendo, porque nada puede borrar su luz y el misterio de sus calles y rincones.