Freire, en su tercer libro ? con el que obtuvo el XI Premio Má laga de Ensayo? sostiene que, si la sociedad ha adoptado las hechuras de un carnaval perpetuo, detenerse a pensar es una buena forma de insumisió n.
Y lo hace siguiendo al francé s Blaise Pascal que, casi cuatro siglos atrá s, aseguraba que todos nuestros males derivaban de una sola causa: nuestra incapacidad de quedarnos quietos en una habitació n. Ese viejo problema, acaso irresoluble, ha ido mudando la piel hasta llegar al presente bajo formas inverosí miles.
Tal es la incesante maní a que hace del sujeto contemporá neo un ser intempestivo, siempre entremedias de la anticipació n y de la experiencia. Espoleado por el ansia constante de vivencias novedosas, obediente al mandato del goce obligatorio, el Homo agitatus recuerda a aquel infortunado personaje mitoló gico que, atado a una rueda ardiente, se veí a obligado a girar sin fin.