Nosotros, transitando por ese largo camino de la historia de una filosofí a del hay, sin habernos salido, por tanto, del á mbito del acto de la creació n continuada; de la creació n y de su seguimiento, siempre en discurso cosmoló gico, sin abandonar el á mbito global de la creació n. Sustentados en sus aguas arreboladas y remontados en ellas, hemos vislumbrado el origen y la fuerza del Hay que ahora ya se nos presenta como fuerza de Ser. Ser de completud de quien oferta y regala toda Realidad, y rodeando el conjunto de toda la Realidad de esa completud, y ofertando la Realidad unitiva de su Ser, se nos hace ver en esos vislumbres có mo se adivina y se nutre la Realidad extremosa de quien es el ú nico Dios.